Angel Cabrera sumó ayer otra conquista para certificar su categoría de gran jugador. La particular carrera de este notable profesional argentino marcaba que los dos títulos que había obtenido hasta aquí en el PGA Tour eran nada menos que Majors, el US Open 2007 y el Masters 2009, y para muchos era curioso que no hubiera obtenido un título del circuito regular. Pero este domingo, el Pato se dio el gusto de sumar un nuevo galardón a su notable carrera, y a los 44 años conquistó el The Greenbrier Classic, con una actuación notable.
El cordobés se posicionó para dar pelea con dos vueltas de 68 en los primeros 36 hoyos, y el fin de semana demostró su excelente forma y la confianza que le inspiraban sus golpes para definir el torneo con dos tarjetas de 64 para un total de 264 golpes, 16 bajo el par.
Cabrera concretó birdies en los hoyos 3, 5 y 7 en la ida, y se puso a un solo golpe de la punta, que estaba en poder del local George McNeill, tras una extraordinaria vuelta de 61. Pero en la vuelta el cordobés siguó atacando y tuvo una racha notable en los primeros hoyos, con birdies en el 11 y 12, y un notable águila en el par 4 del 13, en el que embocó su segundo tiro con hierro 8 desde 176 yardas. El Pato sacó tres de ventaja con ese golpe extraordinario, pero a pesar de no pegar malos tiros, se fue con bogeys de los dos hoyos siguientes (14 y 15). En ese momento salió a la luz la pasta de campeón del cordobés, que lejos de tratar de conservar su ventaja de un golpe salió a atacar y pegó un extraordinaron drive por encima del agua en el 16, pegando 329 yardas. Aseguró el par con dos putts, y nuevamente salió a atacar el par 5 del 17 para asegurar la victoria. Y volvió a asombrar a todos arriesgando y utilizando el drive para pegar 335 yardas y dejar la pelota en el fairway, entre dos cross bunkers amenazantes, que la gran mayoría evita con tiros de salida más conservadores. Cabrera aseguró el birdie que le daba dos de ventaja con un hoyo por delante, y en el 18, un par 3 complicado, estuvo a punto de cerrar con birdie, tras un excelente putt.
“Estoy muy feliz por la victoria. La necesitaba. Es un desahogo muy importante. Creo que trabajamos intensamente con todo mi grupo. Ahora pensamos en el Abierto Británico”, señaló el cordobés, que en dos semanas estará en Royal Hoylake, buscando el Major que siempre soñó, y en la cancha en la que el Maestro Roberto De Vicenzo se impuso en 1967. El cordobés se alzó con 500 puntos para la denominada Copa Fedex y un premio de 1.170.000 dólares.
Por su parte, el tucumano Andrés Romero empleó 70 golpes para la ronda final y concluyó en la 45ta. colocación, con un registro de 277 (-3).